viernes, 27 de enero de 2017

Liderazgo femenino y un poco de hechos históricos

El liderazgo femenino es un tema que en Chile, quizás, se puso en el tapete y con fuerza, en el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Sin embargo, con el pasar del tiempo, pareciera que adoptó la forma,  para algunos ideal, de un eslogan de campaña, una frase que se utiliza, con más frecuencia de la que se quisiera, en los discursos públicos, en los que la intención que se persigue es igualar al género femenino con el masculino. ¿es esto último el ideal?
Revisando algunos hechos tenemos:
Si nos remontamos a la historia de nuestro país, se han realizado dos avances significativos para la mujer, recalcando eso sí, que se trata sólo de dos hechos concretos. Uno de ellos, puntualiza, es el derecho a voto -en 1952- y, el segundo punto, es el post natal de seis meses. Es lo único que tenemos para mencionar, lo que me parece totalmente insuficiente.
 En mi opinión el camino pasa por cambiar la ideología que tienen detrás. Cambiar el discurso que es feminista y que es de la post guerra, está pasado de moda. Hoy día, el feminismo es anticuado y opera en contra de lo que las mujeres necesitamos y lo que se demanda es una incorporación del aporte del liderazgo femenino y no un feminismo que propicie la pugna de lucha entre sexos, donde tengo que pelearme con el señor de al lado, en vez de trabajar en equipo.
Dado lo anterior, es interesante buscar el significado de algunos términos en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: liderazgo. líder, liderato.
¿Es distinto el liderazgo según sea mujer u hombre quien lo ostente?
Veamos los Estereotipos
Si nos referimos a masculinidad podemos encontrar lógica, capacidad de análisis, determinación, fuerza, mente deductiva, comunicación directa, lenguaje verbal, control de las emociones, baja aversión al riesgo.
Ahora si nos referimos a femineidad encontramos sensibilidad, capacidad de reflexión, capacidad de escuchar, gran intuición, autocontrol, reflexiva, autoridad informal, comunicación simbólica.
RAE. Masculino 3ª acepción: varonil, enérgico
RAE. Femenino6ª acepción: débil, endeble
Si hablamos de  liderazgo femenino, se puede indicar que es un estilo más democrático, es decir, alientan la participación, comparten poder e información, fortalecen sentimientos de valía de sus seguidores, dirigen por medio de la inclusión, confían en su carisma, experiencia, contactos y habilidades en el trato personal.
Si hablamos de liderazgo masculino, podemos indicar que es un estilo más directivo, es decir, más proclives a un estilo directivo de mando y control, autoridad formal como base de su Influencia.
Aunque es preciso remarcar:
Liderazgo femenino ≠ liderazgo de mujeres
El primero es ejercido por mujeres u hombres, indistintamente
El segundo es empoderamiento de las mujeres y se puede definir como un proceso que habilita a una persona a ganar poder, autoridad e influencia sobre otras personas, las instituciones o la sociedad.
Ahora me gustaría referirme al Empoderamiento femenino
Se pueden indicar las siguientes capacidades: poder de decisión propio, acceso a la información y los recursos para tomar decisiones, posibilidad de escoger entre distintas opciones, habilidad para ejercer la asertividad en toma de decisiones colectivas, pensamiento positivo, habilidad para hacer cambios, habilidad para aprender y mejorar su propio poder personal o de grupo, habilidad para cambiar las percepciones por medios democráticos, mejorar la auto imagen y superar la estigmatización.
Se puede indicar como fundamental:
Conciliación y corresponsabilidad (Gestión del tiempo)
Refiriéndose a la historia existen cuatro modelos de liderazgo, estos son:
Modelo de asimilación: Es el modelo de la power woman de los ’80. Inspiración thatcherista – adopción de patrones de dirección asociados al estilo masculino de dirección, renunciando a buscar un perfil propio.
Modelo complementario: Este modelo sostiene que hombres y mujeres presentan estilos diferentes de liderazgo que se adecuan a circunstancias diferentes. Algunos autores hablan de un liderazgo andrógino que disminuye los impactos de género y conjuga los mejores rasgos de los estilos masculino y femenino.
Modelo de liderazgo femenino: Con cualidades intrínsecamente superiores al liderazgo masculino que dan mejores resultados en las organizaciones. Se estructura en oposición al modelo patriarcal vertical y prima la colaboración y el networking por encima de la jerarquía.
Modelo negacionista: Niega la existencia de un modelo de liderazgo femenino. Posiciones que consideran que la variabilidad de estilos y cualidades dentro de cada género es mayor que la variabilidad entre géneros.
Si nos referimos al líder actual, se ha estudiado que se requiere flexibilidad, capacidad para escuchar, apertura y flexibilidad ante el cambio, capacidad de negociación y de comunicación, sentido ético y carisma.
Lo que antes veíamos típico del liderazgo femenino
¿Entonces?
Podemos indicar que las mujeres accedemos con mayor dificultad a puestos de responsabilidad, así que su presencia en estos puestos es menor, por lo que estamos hablando desegregación vertical.
En mi opinión en el liderazgo del siglo XXI se requerirán con mayor frecuencia características o competencias comúnmente asociadas más a las mujeres que a los hombres. Según lo mencionado al principio de este artículo como liderazgo femenino y liderazgo masculino.
Ahora, si revisamos algo de estereotipos sociales en este tema podemos mencionar trabajos feminizados o masculinizados donde existe un difícil equilibrio entre la igualdad formal y la real
En conclusión, esto no se trata de feminismo o riñas sin razón alguna, o malos entendidos de cualquier tipo, sino de simplemente trabajo en equipo, donde tanto hombres como mujeres seamos un complemento de liderazgo, donde las mujeres integradas en la fuerza laboral podemos ayudar a mejorar la economía en cuanto al PIB de las empresas, y donde uno de los temas más relevantes, el poder contar con las facilidades de conciliar tanto la vida laboral como familiar, ya que también es relevante no perder de vista el que la tasa de reposición de fuerza laboral a nivel mundial es muy baja.Ppara el caso de Chile rodea el 1.9 %, siendo que la necesidad es de 2.4% y sin esto sólo seremos muchos adultos mayores sin nadie que pueda realizar el trabajo grueso necesario para toda economía.

Marcia Carrasco Rojas
Vicepresidenta Consejo Especialidad Industrial

Colegio de Ingenieros de Chile A.G. 

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