viernes, 13 de octubre de 2017

Una apuesta diaria


En Santiago, el Metro en la mayoría de los horarios es el medio de transporte público más eficiente, puesto que puede convertir eternos viajes de al menos 50 minutos en micro, en viajes de tan solo 25 minutos (en el caso de un desplazamiento desde plaza de Maipú hasta plaza de armas). 


Esto sumando que en los horarios punta, en la mayoría de las líneas disponemos de rutas express, en donde los trenes no se detienen en todas las estaciones y hacen nuestro viaje una maravilla teórica. Desgraciadamente, esto no es un tema que conozcan algunos, ya que, es de conocimiento popular, que los desplazamientos pueden tener una menor duración si son realizados sin son realizados en este sistema de transporte. El que la mayoría elija el Metro de Santiago implica que en los horarios “punta” obtenga mayores ingresos económicos, por ende, también de usuarios, los cuales en estos horarios ven cómo su espacio personal se reduce a la mínima expresión e incluso en algunos casos no existe. Este exceso de usuarios ha llevado a la empresa a cargo de este sistema de transporte a llevar al límite sus trenes, lo que conlleva que el solo hecho de que falle tan solo uno de estos trenes, y vemos como al menos un tercio de Santiago colapsa, debido a que la fluencia de pasajeros no puede ser recepcionada en el sistema de transporte de superficie. Si bien antes de que el auge del metro tuviera los niveles actuales, antes no generaba tanto ruido el hecho que un tren fallara o que una puerta del tren no cerrara, impidiendo el funcionamiento, todo esto debido a que el sistema de transporte público de superficie podía soportar la afluencia de público generada por alguna falla en el Metro.

Miguel González Álfaro 
Estudiante Ingeniería Civil Industrial UA 

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